miércoles, 1 de septiembre de 2010

Unos muy buenos videos musicales

Go with the flow
Queens of the Stone Age
Shynola
2003

Ha sido ganador de premios como Mejor Efectos Especiales y Mejor Dirección de Arte en los MTV Video Music Awards del 2003. Lo que más llama la atención del video es su directa relación con el acto sexual, ilustrando imágenes relacionadas con el coito y la eyaculación.




Do the Evolution
Pearl Jam
Kevin Altieri - Todd McFarlane
1998

Dirigido por Kevin Altieri conocido por su participación como director en Batman: The Animated Series y Todd McFarlane, mejor conocido por su trabajo en el comic Spawn. El video muestra poco a poco como evoluciona y se auto-destruye a sí misma la raza humana. Como detalle a ser tenido en cuenta, el único factor en común en medio de la destrucción en cada era de la humanidad es la mujer que baila al ritmo de la canción.




The World is not Enough
Garbage
Philipp Stölzl
1999

Esta canción hace parte de la banda sonora de la película del agente James Bond, la cual tiene el mismo nombre. Según palabras del mismo director, la realización del video y toda su trama fue algo así como "hacer un mini-filme de James Bond". El concepto de la androide suicida - interpretada por la mismísima vocalista del grupo Shirley Manson - gustó mucho entre la crítica.




Freak on a Leach
Korn
Todd McFarlane
1999

Dirigido por Todd McFarlane, se nota su buen trabajo así como el demostrado con el video Do the Evolution. En esta ocasión, la perfecta mezcla entre dibujos animados, efectos especiales y la aparición de la banda lo hizo merecedor al premio Best Short Form Music Video en 1999.




Ich will
Rammstein
Jörn Heitmann
2001

El video muestra la trama de un robo de banco y los efectos posteriores. Algunos detalles acerca del mismo:
  • Rammstein dijo que uno de sus sueños era filmar un video en el cual hicieran un robo de banco
  • El premio que recibe el tecladista Christian "Flake" Lorenz es un Goldene Kamera, una especie de Emmy versión alemana
  • El video fue grabado en el Palacio de la República (Berlín) y pretende ser una crítica a la tendencia de los medios de comunicación a encumbrar como héroes a los responsables de actos detestables, con tal de vender una buena historia.
  • Ich will significa en alemán "yo quiero"




Heinrich Maneuver
Interpol
Elias Merhige
2007

Lo más particular de este video es que nada está relacionado: ni el nombre de la canción, ni la letra ni el tema del video. A pesar de todo, no deja de ser bueno.




domingo, 22 de agosto de 2010

Porque te amo con puta pasión

17 de Octubre de 1999


06:45 a.m.

Utópico describir tu belleza. Mas utópico aún describir el amor que te profeso. Todos los días me despertaba y los primeros segundos de mi día eran consumidos en pensamientos encauzados sólo a ti. No es exagerado aquel que dice que uno vive y respira por alguien, yo lo hacía a diario. Mi razón de vivir eras tú.
Dame un segundo amor mío. Escucho tus murmullos.


07:50 a.m.

Acá estoy de nuevo.

Cuando te veía en la universidad en las mañanas sentía un mar de cosquillas que me nacían desde lo más profundo de mi corazón y recorrían todo mi cuerpo. Cuando escuchaba tu voz a lo lejos me quedaba en perplejo silencio. Tu sonrisa me daba alegría. Tu tristeza se convertía en mi tristeza.
Cuando terminé el segundo semestre, y una vez tuve la fortuna de haberte conocido, decidí cambiar de carrera. Lo mío ya no era el diseño, lo mío era lo mismo que te gustara a ti, así que decidí comenzar administración de empresas. Ya son cuatro semestres y aunque mi promedio acumulado no supera el 3.02 cada día me esforzaba a diario para poder seguir viéndote en todas las clases a las cuales asistíamos juntos.
Mi cielo, espérame un momento por favor. Siento que me estás llamando de nuevo.


10:50 a.m.

¿Te he dicho que me encanta cuando alzas tu voz y gritas? Lo que nunca pensé es que algún día lo hicieras conmigo.
Yo para ti sólo era uno más en medio de la multitud. Nunca tuve el valor suficiente para dirigirte una sola palabra y por tal motivo nunca pudimos dejar que nuestro amor floreciera. Bueno, eso fue así hasta el día que me robé tu corazón, y tus manos, y tu cuerpo. El día más feliz de mi vida fue el día que por fin fuiste mía. Ayer fue ese día.

Me dieron ganas de hacerte el amor por última vez.


12:15 p.m.

Gracias mi princesa. Cada vez que te entregas a mi soy el hombre más feliz del mundo. Cuando escucho tus gemidos y tus lágrimas de excitación aceitan mi pecho siento que estoy en el cielo. Supongo que si los ángeles existieran deberían ser como tú.
Amor mío. Espérame por favor que voy a alistar la soga. Después de todo, conseguir la pistola no fue tan fácil.


04:15 p.m.

Disculpa la demora. No pude evitar la tentación de ver de nuevo tu cuerpo desnudo tendido en nuestra morada. Definitivamente tú eres una obra maestra.
Como te estaba diciendo, la mejor opción fue la soga. Para la pistola me exigían un salvoconducto y yo no tengo el tiempo ni el dinero para adquirirlo.

Ya todo se acabó, haber probado de ti fue mi apocalipsis. El día de hoy me he dado cuenta que mi único objetivo en esta vida era conocerte, tenerte y disfrutarte. Mi sueño está cumplido, ya no quiero vivir más.

Jamás te olvidaré.


Última página tomada del diario titulado “Porque te amo con puta pasión”. Elemento encontrado en el caso Juanita Puerta.
La mujer de 29 años involucrada en la investigación fue reportada como desaparecida el 16 de Octubre del 99 y hallada muerta por inanición el día 24 de Diciembre del mismo año. El cuerpo se encontraba dentro de un cuarto, en un recinto a las afueras de la ciudad. Dentro de la habitación habían severos rastros que reflejaron la desesperación de la víctima previa a su muerte, especialmente arañazos en las paredes y la puerta. En medio de la sala, en la misma residencia, se encontró además el cuerpo colgado de un hombre desnudo identificado con el nombre de Juan Buendía Bautista, de 24 años de edad y cuyo suicidio se presume fue al día siguiente de la desaparición de Juanita Puerta. Junto a él había un lápiz, una silla acostada hacia un lado y este diario abierto en el suelo que se presenta como evidencia en el caso.


Juan Camilo Marín

lunes, 9 de agosto de 2010

El niño lindo que hace buen cine

Contrario a lo que todos piensan, un buen actor no sólo es aquel que aparece en cine independiente. Tampoco es el que por naturaleza es feo. Para envidia de los caballeros y deleite de las damas, también existen pocos actores - pero al fin y al cabo existen - que nos brindan la oportunidad de presenciar buen cine a pesar de su fama de niños lindos. Para la muestra un botón: Brad Pitt.
A continuación, comparto mi Top Nine de las mejores películas protagonizadas por el actor estadounidense nacido en Oklahoma. Hombres, a ver buen cine. Mujeres, hagan lo quieran.


Nota: para mayor información, dar clic en la película deseada

domingo, 8 de agosto de 2010

Me volé

Estoy en mi cuarto, yaciendo tendido en mi cama. Cierro los ojos y todo comienza con un eco terso. El tiempo pasa rápido, pero mi cuerpo lo interpreta de otra manera. Minutos sosegados. Se despiertan sintetizadores sincronizados con un fondo musical como si estuviera en una cámara sellada. Todo eso es lo único que mis oídos atienden. A continuación, la voz magnetizada del cantante me lleva poco a poco a un sueño profundo. Después de pronunciar en repetidas ocasiones la misma frase en otro idioma desconocido todo se queda estático. Music's got me feeling so free.

En una milésima de segundo todo cambia y el ambiente se raya con el sonido de una guitarra eléctrica. Los beats de un bombo crean un ritmo que llega a cada extremidad de mi cuerpo. Siento en mis ojos ese ardor que me conforta. En medio del fondo oscuro que ven mis ojos, nace esa energía proveniente de tal melodía. La música tiene vida. El sonido se redobla cuando aparece en escena una segunda guitarra. Ésta sin embargo es más potente. Me dan ganas de todo. De saltar, de reír, de gritar, de salir corriendo. El poder se triplica a la par que la canción resuena. Nada existe afuera de mi. Quiero que el momento sea perpetuo. A pesar de mis profundos deseos, recuerdo que las mejores cosas de la vida son efímeras y es entonces cuando retumba la campana. Se siente el viento soplando. Estoy regresando, la cadencia me obliga. Resuena un segundo campanazo. Todo ha terminado. Despierto sonriente mirando a mi alrededor. Al fondo, el estéreo indica que Aerodynamic ha finalizado.

Juan Camilo Marín

domingo, 1 de agosto de 2010

El día que realmente no debí haber existido

Capítulo 1 - La clase de filosofía

Lo que más recuerdo de la clase de filosofía, aparte de la maestra, es que era una locura total. Se podría decir fácilmente que la totalidad de la cátedra no la entendíamos ninguno de los alumnos porque la mayoría de términos utilizados por la profesora no eran comunes. Incluso, me atrevería a aseverar que la mitad de las palabras ni siquiera existían. Y es que la señorita Luna aparte de denotar desabrimiento era el retrato andante de la locura misma. Vestida siempre de hippie y con una mirada perdida imposible de describir, nos enseñaba temas sacados del otro mundo.
Nunca olvidaré el día en que nos expuso la noción de alma según algunos filósofos. Comenzando por los conceptos de principio de conocimiento de Aristóteles y llegando hasta la división tripartita de Platón, se notaba de inmediato que el tema le llamaba la atención. Pero lo que de verdad me generó curiosidad en dicha sesión fue el significado que ella misma le daba. Para la maestra Luna el alma era la controladora de todos los sentidos. Según sus propias palabras “el ser humano como un todo es un avión y el alma es el piloto que lo controla”. Esto quería decir que si ésta llegara a sufrir algún accidente entonces nuestro oído, tacto, vista, gusto, olfato y equilibrio se verían afectados. Recuerdo que durante un buen tiempo hicimos innumerables bromas relativas al tema. Si alguien llegaba con gripa entonces decíamos que el alma se había roto la nariz. También charlataneábamos alegando que cuando bebíamos no éramos nosotros los que nos emborrachábamos sino nuestras almas.
Quién diría que algún día esas charlas pasarían a convertirse en una realidad.



Capítulo 2 – El grandísimo-hijo-de-puta de la clase

Esteban Rey era palabras más, palabras menos, el grandísimo-hijo-de-puta de la clase. Al tipo nadie lo quería, especialmente yo. Como se diría coloquialmente tenía todo el combo completo para ser el más odiado del salón. Millonario de cuna, engreído, malhablado, extremadamente guapo y con el beneficio de la rosca por parte de todo el profesorado, todo gracias a que su familia donaba dinero constantemente al colegio. A veces no entendíamos por qué estudiaba en una institución tan moderada como la nuestra. Este niño tenía dinero suficiente como para pagar clases particulares durante todo el día por el resto de su vida. En fin, un castigo que no sabemos cómo y por qué nos lo ganamos.

Un día de aquellos como cualquier otro y estando en el recreo tuvimos un encontrón, la verdad no recuerdo exactamente la razón que disparó el incidente. El punto es que luego de discutir por un buen rato y de mentarnos la madre, Esteban Rey dijo algo que para cualquier otro podría significar un simple insulto, pero para mí era un golpe al corazón. “Ojalá y el día de mañana tu mamá no se levante para hacerte desayuno.” Dijo gritando y mirándome profundamente. Yo, me quedé callado por unos segundos y me fui corriendo a llorar al baño.
Lo que pocos compañeros sabían es que una semana atrás mi madre había sido diagnosticada con cáncer de colon y tenía tan sólo un mes más de vida.



Capítulo 3 – El odio que no deja vivir en paz

Llorar con tristeza te duele, llorar con odio te estalla. Ese día yo me estaba estallando por dentro. Después de salir del baño no pude volver a clase y me escapé del Colegio. No tenía la más mínima idea de qué hacer. A medida que caminaba sin rumbo fijo pensaba en todo: la enfermedad de mi madre, qué haría cuando ella no estuviera y por supuesto, el comentario de Esteban Rey. Con la mirada perdida y la cabeza gacha, mirando cada uno de mis pasos, pasaba por mi mente una y otra vez aquella escena. El odio me inundaba, las únicas ideas que se me ocurrían eran relacionadas a las distintas formas posibles de muerte para Esteban. Que se quemara vivo, que se tirara de un edificio, que lo atravesara una bala perdida. No, no, no. La muerte es una solución fácil, sin dolor, sin sabor a venganza. Él debe sufrir, así como lo estoy haciendo yo en este preciso momento. Mientras hablaba conmigo mismo me interrumpió de repente el claxon de un bus que por poco me arrolla. Miré a mi alrededor y noté que estaba rodeado de edificios gigantes, vendedores ambulantes y una algarabía indescriptible característica de un solo sitio de la ciudad. No entendía cómo o cuándo había llegado al centro de Medellín.

No importa la hora en que uno bajara al centro de la ciudad, siempre el caos reinaba. Todo el mundo te estruja, todos los carros pitan, todos los vendedores compiten por el trofeo al que diga “Llévelo, llévelo!!” más duro. Si no fuera porque era allí donde trabajaba mi padre, creo que ni lo conocería. El poco agrado que me inspiraba tal lugar empeoró mi estado de ánimo. No me hallaba a mí mismo, quería escapar a otro lado. Fue cuando entonces me di cuenta que eran las seis de la tarde y que era mejor volver a casa. Comencé mi camino rumbo a ella y justo en la esquina de La Playa con Junín me detuvo brevemente la mano de un muchacho. Me entregó un pequeño volante que apenas cabía en la palma de la mano. Eliza se llamaba el sitio que promocionaba, decía un número telefónico y una dirección ubicada a tan sólo cuatro cuadras de donde estaba. Es un papel como cualquier otro. Sin prestarle mayor atención, me lo metí en el bolsillo y me dirigí a mi casa.



Capítulo 4 – El día que no debí haber existido

Después de no haber dormido absolutamente nada pensando en lo sucedido el día anterior, me levanté de la cama y cuando lo hice se cayó de mi bolsillo izquierdo aquel papelito. Esta vez, miré con detenimiento el pequeño anuncio y mis ojos se abrieron enormemente al notar que a la tal Eliza era una bruja que concedía lo que uno quisiera. Como caído del cielo, pensé. Con esa risa maliciosa medité la situación un poco y decidí no ir a clase, en vez de ello emprendí mi camino de nuevo al centro de la ciudad.

Dar con la dirección fue muy fácil. A primera vista el sitio no aparentaba mayor cosa. Un letrero iluminaba la entrada cual si fuera un cabaré. Al lado, estaba un anuncio de cartón en forma de A en el cual se indicaban el sinnúmero de servicios ofrecidos por la supuesta dotada. Entré con ansias y de inmediato me encontré con un ambiente un tanto gótico, sombrío, extraño. Casi todo estaba oscuro y sólo pude divisar en el fondo del cuarto a la que supuestamente sería Eliza.

“Hola, acércate. Puedo ayudarte en lo que buscas.” Dijo una voz suave.

“¿Y cómo se supone que me puede ayudar?” Repliqué dudoso.

“Hagamos las cosas fáciles. Sólo siéntate y di lo que quieras.” Efectivamente me acerqué y tomé asiento. Miré su rostro iluminado por un velón ubicado en uno de los costados de la mesa redonda. Era una mujer hermosa. Extraño, las brujas no son hermosas. Me dije para mis adentros.

“Quiero que Esteban Rey pierda todo. Su familia, su fortuna, su prestigio y sus amigos - si es que los tiene. Ah!! pero no quiero que él sea tocado por la desgracia. Simplemente quiero que sienta el dolor que produce la pérdida de lo querido.” Al decir esto, me sentí liberado, sólo por un pequeño instante.

De brujería se puede decir que sé poco o nada. La verdad no entendí qué hizo esa señora ese día. Fumó algo, tiró unos dados, dijo unas palabras en alguna lengua extraña y por último me pidió que escupiera en un recipiente. Prendió fuego en él y todo terminó. Nunca decifré porque no fue necesario una foto, una prenda o tal vez un pelo de Esteban Rey. Después del ritual y en medio de un silencio absoluto emprendí mi partida. A la salida me tomó del brazo un hombre negro, flaco y grande. “Son veinte mil pesos.” Dijo de manera descortés. Metí mi mano en el bolsillo derecho y le entregué dos billetes de diez mil - mis ahorros de quince días completos. Cada centavo lo vale. Pensé. Una vez hecho esto el gigantón me sonrió de manera sarcástica y me soltó. Decidí entonces regresar al colegio.

Hay gente que dice que existen momentos en la vida que nos marcan. Una madre siempre dirá que el momento más importante de su existencia es cuando nació su hijo. Un ingeniero nunca olvidará el día que obtuvo su título universitario. Yo por mi parte, jamás olvidaré el día que fui al centro de la ciudad a visitar a Eliza. Y es que si la madre y el ingeniero recuerdan dichos momentos con la alegría de quererlos revivir, yo por el contrario desearía haber nunca existido esa mañana de Octubre del 94.



Capítulo 5 - Barrio nuevo, vida nueva

Mi abuelo decía: “Mijo, la sal, es la sal.” Lo que no sabía él es que por aquellos días yo estaba hecho de sal. Pasaron días, semanas, meses y Esteban Rey seguía su maldita vida feliz y campante mientras a mi me carcomía el odio.Todo esto sucedió hasta que las cosas comenzaron a cambiar.

A pesar de los pronósticos, mi madre vivió tres meses más de lo presupuestado. Después de su muerte, papá no soportaba vivir en la misma casa que vio nacer y morir su matrimonio, nos mudamos a otro barrio y por consiguiente yo cambié de colegio. El odio que sentía se fue esfumando poco a poco, no sé si por consecuencia de no volver a ver a Esteban Rey o simplemente porque el corazón y la mente olvidan con el tiempo. Al parecer todo ya era un amargo capítulo en mi vida cerrado para siempre.



Capítulo 6 - Por fin se vieron los veinte mil pesos

Años después de todo - la pelea, las lágrimas, la bruja, mi madre - recibí una llamada de un antiguo compañero del colegio. Matias se llamaba.

“Se cagaron en Esteban Rey,” me dijo. “No te entiendo, qué sucedió con él?“ Le pregunté. “Vamos al velorio de sus padres y lo entenderás.”

Distinto a lo que cualquiera pensaría, el mencionado velorio fue algo sumamente sencillo, pero más que eso, triste. Aparte de Matías y yo, sólo habían asistido unos cuantos familiares y ningún amigo de Esteban. Él, a pesar de aparentar buena salud se veía cabizbajo y destrozado. Y es que no sólo fue la muerte de sus padres lo que lo tenía así. Una vez sucedido el fatal accidente en su auto, se descubrió que Don Augusto Rey estaba totalmente endeudado. Incluso, Matías y yo luego nos dimos cuenta que algunos de los supuestos familiares no eran tales, sino personas enviadas a cobrar las obligaciones que dejó atrás el padre de Esteban.

En ese preciso momento, recordé cada una de las palabras que le dirigí a Eliza aquel día. Se mató su familia, se quedó en la ruina, sólo vinieron los prestamistas en vez de sus amigos. Todo lo repasaba una y otra vez en mi cabeza. No podía creer lo que había sucedido. Entonces fue cuando me di cuenta que estaba feliz.

En medio de todo el silencio Esteban Rey levantó su cabeza y nos dio un vistazo. Yo lo miré a los ojos profundamente como ese día en el recreo que él me miró y me dijo lo que me dijo, con la diferencia de que ahora yo me quedé callado. En vez de gritar, simplemente sonreí de manera sutil, denotando claramente un sentimiendo de alivio y venganza realizada. Él por su parte, se volteó en silencio y se fue de la sala de velación. Y hasta el día de hoy no lo he vuelto a ver.



Capítulo 7 - Mi alma en descontrol

Ni un día más, ni un día menos. Exactamente siete años pasaron para que todo comenzara.

Recuerdo que era un martes. Me dirigí con mi novia de ese entonces a un centro comercial a ver una nueva película en el mejor cine de la ciudad. Me pareció muy particular un detalle al que no le di mayor importancia en su momento. No se había aplicado el perfume que le había regalado hace sólo un par de días atrás. Decidí no reclamarle. Seguramente lo olvidó, pensé.
Compramos algunos snacks antes de ingresar a la sala, hicimos la fila y entramos con tiempo de sobra para ver los trailers de los demás largometrajes próximos a salir. Presentaron varias cintas distintas. Una de acción, una de comedia y otras dos más de drama - nada del otro mundo, para ser sincero. Como la mayoría de la gente, comencé a comerme las crispetas y la gaseosa antes de que comenzara la función principal. Qué tan raro, esto no sabe nada. Razoné al momento que comía las palomitas de maíz. Acto seguido, me dispuse a sorber un poco de la bebida. Ni dulce, ni amarga, esto tampoco tiene sabor. Dejé a un lado entonces ambas cosas y más bien me dispuse a continuar viendo la función. Cuando ésta comenzó, todo se puso en blanco y negro. “Qué bien, tal como comienza Casino Royale.” le dije a mi novia la cual no prestó mayor atención a tal comentario. Con el pasar del tiempo noté que la película no cambiaba, todo seguía en los mismos colores tenues.
Media hora.
Una hora.
Hora y media. Nada.
Terminó.

“Qué tan raro ver una película en blanco y negro por estos días, ¿No te parece amor?” Le comenté a mi novia.
“¿Qué?” Respondió a la par que me miraba cual si yo estuviera loco.

En ese momento prendieron las luces del cine y de inmediato me dejé caer hacia mis espaldas sin poder entender lo que estaba sucediendo. El aire se me fue. Abría y cerraba mis párpados una y otra vez para tratar de reparar de alguna forma lo que me sucedía. Dios mío bendito, estoy viendo a mi novia en blanco y negro!!!.

“¿Qué te pasa mi cielo?” Me decía repetidamente mientras yo yacía atónito tendido en el suelo del cinema.

“El retrete resuena en la azotea.” Le respondí gageando. Un momento, yo no dije eso, yo quería decir que la veo en blanco y negro.

“El retrete resuena en la azotea!, el retrete resuena en la azotea!!!”.
“Mi cielo, no te entiendo, cuál retrete?” Me respondió ella, medio asustada, medio dudosa.
“Mi madre siempre me quiso más que a nadie.” Yo no quise decir eso.
“Mi madre siempre me quiso más que a nadie. Lo juro.” Yo tampoco quise decir eso.

“Ya me estás asustando, qué tiene que ver tu madre, por qué no te levantas?” Replicó mi novia, indicando ya un tono agresivo en su voz, a la vez que estiraba su mano para ayudarme a reponer.

Al momento en que la palma de mi mano tocó la suya sentí un quemón doloroso cual si la hubiera puesto en una llamarada al rojo vivo. Grité de manera inmediata lo cuál la asustó no sólo a ella sino al resto de personas que todavía no habían evacuado el recinto. Mi novia retrocedió impresionada por mi reacción. A continuación, me dijo con un tono más apaciguado. “Amor, cálmate, si sólo te di mi mano.” Extendió una vez más su brazo para tocarme ahora la mejilla. Entonces, una vez más sentí ese suplicio en mi rostro como si su extremidad estuviera carbonizada.

“La tarea la hago mañana!!!” Por favor no me toques más, eso fue lo que quise decir. ¿Qué me pasa, por que no puedo coordinar lo que pienso con lo que modulo? Miraba hacia todos lados. Blanco y negro. La dupla de colores a la cual se limitaba mi visión, mi trastorno con la voz y por último el dolor al tratar de tocar a mi novia eran hechos inconcebibles. Eso sin contar lo extraño que fue no oler el perfume de mi novia ni sentir el sabor de la comida. La desesperación me inundaba.

En ese preciso segundo, comenzó a sonar un chillido penetrante proveniente de todas partes. A pesar de que la fuente era múltiple, me enfoqué de inmediato en la más fuerte, o mejor dicho, en la más cercana. Quedé totalmente pasmado al darme cuenta que cada vez que mi novia pronunciaba una palabra tratando de decir algo, sólo escuchaba una especie de alarido sin sentido dentro de mi cerebro. Lo único que se me ocurrió en ese momento fue salir corriendo.

Me levanté del suelo, volteé hacia atrás y comencé mi escapada. Pasé entre la silletería y luego bajé el pasillo estrujando a todo aquel que se atravesara. Salí por la puerta marcada con Exit para luego encontrarme con un mar inmenso de sonidos sin sentido provenientes de todas las bocas de las personas que salían del cine en ese instante. Una vez iba a llegar a la plazoleta principal del centro comercial mi cuerpo se dejó balancear sobre un lado cual si estuviera ebrio. Me golpeé entonces contra un muro.. Me repuse y continué mi camino, con la decepción de que volví a desplomarme esta vez hacia el otro lado. Mi equilibrio estaba descontrolado.

Hasta el día de hoy no entiendo cómo hice para llegar a casa. Todo yo estaba vuelto un desastre total. No volví al trabajo, no contestaba el teléfono ni tampoco abría la puerta. No supe de nadie más después de ese día. Mi novia me puso varios mensajes pero al ver que no tuvo respuesta pasados quince días no siguió insistiendo. Evalué la situación, y a manera de resumen logré concluir que todos mis sentidos estaban alterados. Lo que comía no tenía sabor, lo que miraba era sólo blanco y negro, no sentía ningún tipo de olor. Al parecer, si tocaba a un ser humano es como si tocara una braza ardiendo. No podía caminar con calma ya que me desplomaba de inmediato. Si trataba de escuchar la voz de una persona sólo lograba interpretar una especia de chillido imposible de soportar. Una vez concluída esta síntesis, se me vino a la mente la clase en la cual la maestra Luna nos habló de que nuestra alma era la que controlaba los sentidos. Es como si yo no controlara mi alma. Pero no sólo este recuerdo regresó a mi. Entonces fue cuando también rememoré una frase que Esteban Rey dijo en el velorio aquel referente a la pérdida de sus padres, y a la cual no prestamos atención la mayoría de asistentes. “Se me fue mi alma.”

¿Es posible que todo esto sea una especie de represalia del destino a lo que yo le hice a Esteban Rey? No, no, no. No puede ser. Yo no debí haber ido a donde esa bruja. Mi madre siempre me dijo que todo lo malo que se desea se le devuelve a uno en proporción doble. No, no, no. ¿Por qué hice eso, si sólo fue una frase? ¿Por qué?...
La maestra Luna. Ella. Ella debe saber qué hacer. Total, su teoría de las almas al parecer es cierta. Algo maligno tiene el control de mi alma. Necesito que ella me ayude, necesito encontrarla de inmediato!!

Ese día decidí volver entonces al exterior. A diario uso gafas, guantes y tapones en los oídos para salir a la calle. Debo caminar despacio y con mucho cuidado para no caerme. Conseguí un puesto de trabajo en un restaurante del centro de la ciudad lavando trastes. Cada día, después de trabajar salgo a buscar a la maestra Luna. No tengo ningún tipo de plan. Sólo salgo, camino el centro y miro rostros. Algún día la tengo que encontrar.

Si antes mi obsesión era vengarme de Esteban Rey, ahora lo primero en que cavilo cada mañana al levantarme es encontrar a la maestra Luna para que me ayude. Estoy desesperado, ya no duermo, ya no como, ya no soy una persona. Soy sólo un ente, una sustancia sin sabor que recorre el mundo lamentando día tras día el haber existido ese día en que visité a Eliza.



Epílogo

Acabo de darme cuenta que mi búsqueda ha finalizado. Hoy después del trabajo y sin tener la intención volteé a mirar a un restaurante de comida árabe. Dentro, y tomando de la mano a una mujer mayor que él, estaba Estaban Rey muy sonriente. Después de dirigirle algunas palabras procedió a darle un beso y luego un abrazo a la vez que notó mi presencia. En ese instante pude detectar que su ojos y su boca pasaban por el hombro de su acompañante y hacían el mismo gesto que hice yo el día que asistí a las exequias de sus padres. Además de esa penetrante mirada y falsificada risa, levantó ambas manos a las espaldas de la mujer. Su mano derecha estaba totalmente abierta, mientras que la izquierda hacía el signo de paz y amor con sus dedos índice y corazón. Cinco y dos, dos y cinco. Cinco más dos es siete!!. En ese preciso instante, recordé que los síntomas que me aquejan empezaron a aparecer justo siete años después de que yo asistí al funeral aquel. Una vez sucedido esto, la mujer que acompañaba a Esteban Rey se volteó de manera lenta y me miró con el mismo guiño que lo hizo Rey. Casi me desmayo al ver que tal mujer era la ex-maestra Luna.

Cerré mis ojos y pensé. Ahora todo tiene sentido. Mi error no estuvo en haber ido a donde esa bruja y pedir lo que pedí. Mi error fue haberme reído de manera rencorosa en ese funeral. Mi error además fue no saber que Esteban Rey era amante de la maestra Luna y que es ella quien tiene el control sobre mi alma. Ese día de la visita a Eliza no fue el día que no debí haber existido. El día que realmente no debí haber existido es el día del maldito funeral.

Juan Camilo Marín

lunes, 26 de julio de 2010

10 Películas Interesantes

A continuación presento una serie de películas no tan conocidas pero sí muy recomendadas. Unas para reír, otras para pensar. Una que otra solo para ver y disfrutar. Las ordeno según su fecha de aparición. Espero les den una miradita y sean de su agrado:

domingo, 25 de julio de 2010

Aprendiendo inglés con la ayuda del cine

¿Quién dijo que las películas que vemos en cine no nos ayudan a aprender otros idiomas? En realidad, el único idioma que nos ayudan a ejercitar es el inglés. Bueno, peor es nada.

Una de las primeras películas que nos ayudó a reforzar conceptos importantes como el de formular una pregunta o utilizar el verbo to be (ser/estar) fue Naked Gun (1988). La mayoría de las personas comunes y corrientes conocemos esta cinta con el nombre de ¿Y Dónde Está el Policía?
Si analizamos con cuidado podemos deducir fácilmente que naked significa está el policía, a su vez, gun significa y dónde. Para llegar a esta conclusión simplemente se partió del hecho de que en Inglés la mayoría de cosas se escribe al revés, por ejemplo, perro feo se dice ugly dog. Ahora bien, después de entender lo mencionado podemos construir algunas frases sencillas, por ejemplo:
  • Naked running significa El policía está corriendo
  • Gun my bread significa Y dónde está mi pan!!
Otras películas como Meet the Spartans (2008), además de enseñarnos que las comedias basadas en películas ya existentes son malas, nos enseña que en Inglés se puede decir una frase larga en tan sólo unas pocas palabras. Y es que si revisamos su traducción al Castellaño – Una Loca Película de Esparta – podemos notar con facilidad que con tres palabras nos ahorramos una frase súper larga de cinco. Pero vayamos entonces a los significados correspondientes. Notemos que en este caso ya no aplica la regla “al revés”, esto quiere decir que traduciendo de manera directa la palabra meet significa una loca, the significa película y por último es fácil deducir que Spartans es la traducción de Esparta. Realicemos entonces algunos pequeños ejercicios:
  • Meet my mother significa Mi mamá es una loca
  • The Best significa Mejor película
  • Naked with my mother watching the house significa El policía está con mi mamá viendo una película casera (para elaborar esta oración debimos haber visto primero ambas películas)
Por último, y para demostrar los grandes avances que podemos tener sólo viendo cine, es necesario darle un vistazo a la película ganadora del Oscar The Blind Side (2009), conocida en América Latina con el nombre de Un Sueño Posible. Y es que con esta traducción aprendimos que una palabra puede tener varios significados según el contexto. En este caso en especial la palabra the ya no hace las veces de película sino que significa un. Por su parte, blind significa posible mientras que side es sueño. Miremos los ejemplos:
  • C’mon! Is blind!! significa Vamos! es posible!!
  • The the significa simplemente Una película
  • I am the naked at the side significa Soy un policía que está en una película de ensueño
Queda demostrado entonces que no sólo le debemos al cine la diversión que nos provee, también es importante resaltar el gran papel que cumple en el aprendizaje del idioma anglosajón. Gracias a todas estas valiosas lecciones es que nos podemos internacionalizar y cotizar más en el mercado laboral. Al fin y al cabo, el Inglés lo es todo en estos tiempos.

Juan Camilo Marín

Nota del autor: el Inglés me apasiona, y en general aprender nuevos idiomas. Por favor no tomar a pecho la frase “Bueno, peor es nada”

Otro Mundo

Andrés Cortés sabía que ese era el día. Distraído desde chico, cada vez que su mamá lo mandaba a comprar algo al súper volvía de inmediato a los cinco minutos pues se había dado cuenta que no había prestado atención suficiente a las indicaciones maternas. Flaco, despeinado, de mirada perdida, con cara de aparentar 32 a pesar de sus apenas cumplidos 27 años. Vestido con su tradicional traje de corbata y saco, sus zapatos bien lustrados para denotar esa limpieza externa que nunca o muy pocas veces acompaña la interna.

Despacio, con relativa calma en sus ojos, entró al baño de hombres del decimoquinto piso del edificio Lincoln. Construído hace ya tres décadas, importante lugar donde está establecida una de las mejores marcas de tecnología reconocida a nivel mundial. Su extensión de casi 10 manzanas completas y sus treinta pisos de altura refuerzan día a día el pensar de la gente común de que tanto la edificación como la misma compañía son un imperio completo.

El baño no podía ser menos que el mismo Lincoln. Comparable sólo con los baños de un aeropuerto internacional, de aproximadamente 10 metros de largo, a un lado los orinales y los sanitarios y al otro los lavabos ubicados bajo un espejo que se extendía de punta a punta.
Esta vez el sitio estaba complemente sólo. Y con razón. Siendo las 7:15 PM del viernes, y a pesar de las duras y extensas jornadas laborales, a esta hora era poco probable encontrar a algún compañero merodeando. Todos ya estaban en su propio cuento, sea descansando en casa o preparándose para disfrutar de la vida nocturna que ofrece la ciudad.

Andrés abrió la llave de uno de los lavamanos ubicado al costado izquierdo del recinto, cerca a la puerta por la que hace sólo un segundo había entrado. Juntó sus manos para acumular una buena cantidad de agua que lanzó en su cara. Lo hizo un par de veces más. Luego, apoyando ambas extremidades en el lavabo, comenzó a mirar fijamente sus ojos en el espejo, preguntándose de todo. Cómo sería el día siguiente? ¿Qué le diría mañana su madre, respecto a la decisión que tomó? ¿Quién asumirá las responsabilidades que dejará atrás? ¿El dinero es indispensable en el lugar a donde se dirige?

El tiempo volaba, y se seguía mirando. Pasaron tal vez minutos, horas y ni cuenta se dio. Total, ser distraído era parte de su forma de ser. En uno de esos instantes, escuchó la puerta del baño abrirse y a través del espejo miró de reojo una figura alta, fornida y vestida totalmente de negro, que entró caminando lentamente rumbo a uno de los orinales. Era tal el grado de ensimismamiento de Andrés, que nunca le vio la cara al hombre. Y pensó que era hombre, pues simplemente una mujer no tendría tal porte ni usaría traje negro.

“¿Qué tal el día?”. Preguntó el misterioso hombre mientras bajaba la cremallera de su pantalón para disponerse a orinar. “Nada nuevo, nada interesante”. Contestó Andrés sin dejar de mirarse a los ojos.

“Para mi todos los días tienen algo nuevo, conozco nuevas personas y lugares. El problema es que siempre sé qué va a ocurrir con ellos, bueno casi siempre. Es como leer el guión y luego ver la película.”

“Para mi todos los días son iguales,” dijo Andrés con cierto desprecio en su voz. “Estoy en el mismo lugar, veo a la misma gente todo el tiempo, tengo los mismos problemas. Es como ver repetidamente la peor película una y otra vez.”

“Relajado amigo, todo tiene solución. Has pensado en renunciar?” Sugirió el extraño hombre mientras levantaba su cabeza, mirando el cielorraso y sin terminar de orinar.

“Créeme, es una de las opciones que están en mi cabeza ahora mismo.” En esta ocasión, despegó la mirada de sus propios ojos para intentar ver la cara del desconocido. El otro seguía en lo suyo, dando la espalda, así que Andrés volvió a enfocarse de nuevo a sí mismo.

“Hoy en la mañana me tocó conocer un tipo particular,” Dijo el hombre de negro, queriendo cambiar de tema. “Imagínate que le decían El Pucheros, casi que no lo ubico. Ese es uno de los problemas con los cuales me enfrento más a menudo. Como la única información que se me facilitan es el apodo y la ciudad de la persona entonces no siempre es fácil dar con el indicado.”

“Pero… eso es una labor imposible. Lo digo porque existen personas que no tienen apodo. Yo por ejemplo.” Replicó Andrés, al mismo tiempo que recordaba aquel odioso apodo. Otro Mundo, le solían decir sus amiguitos en el colegio porque literalmente vivía en otra parte.

“No lo creas. Todo el mundo tiene un apodo. Lo que sucede es que no todos lo conocen o a veces es tan fastidioso que no te gusta que lo mencionen. Sin embargo, debo admitir que he cometido errores. Una que otra confusión.”

Confusión. Al escuchar Andrés tal palabra volvió a retomar en mente todo ese mar de cuestiones y mientras lo hacía, bajó la cabeza. Sin dejar de apoyar las manos en el lavabo, cerró sus ojos y comenzó a imaginarse el momento aquel.

Al otro lado del baño, el extraño terminaba sus necesidades. Subía su cremallera de nuevo, oprimía el botón para vaciar el orinal y se disponía a salir del sitio sin antes lavar sus manos.

Todavía con los ojos cerrados y la cabeza echada hacia abajo, en medio de una concentración inmensa Andrés escuchó levemente que aquel extraño hombre le hablaba. “Suerte, tengo que seguir buscando un tal Otro Mundo.”

Levantando la cabeza y abriendo los ojos, miró hacia atrás y se dio cuenta que ya no había nadie. Por un momento le pareció escuchar que el extraño hombre mencionó el apodo que por años trató de olvidar. No!! recuerda que eres distraído, todos los días te pasan cosas de esas. Es imposible que un desconocido sepa cómo te decían cuando estabas chico.

Sin dar mayor espera, Andrés sacudió sus manos y se dirigió al aparato dispensador de papel. Lo giró dos veces y sacó dos hojas. A medida que se secaba el rostro y las manos, dejó a un lado todo su mundo para pensar en aquel extraño hombre. Lo primero particular que recordó es que nunca pudo mirarle el rostro. Lo segundo, es que nunca supo qué hacía, pues hablaba de ubicar gente por medio del apodo y la ciudad, pero no mencionó cuál era el tipo de negocio que tenía con esas personas. Por último, trató de recordar y confirmó efectivamente que nunca había visto a tal hombre en la empresa. Debe ser alguien nuevo. Pensó. Es fácil encontrarse con gente nueva en un sitio tan grande como este. Después de terminar de analizar la situación, Andrés salió del baño y se dirigió a gestionar sus propios negocios.

Dicen que La Muerte lo sabe todo, que ella sabe dónde y cómo ubicarnos. Lo que no sabía esa noche de Abril es que Andrés Cortés la encontraría a ella primero y le facilitaría su trabajo.

Juan Camilo Marín

sábado, 24 de julio de 2010

Más frases

  • Bailo, luego existo
  • No me preocupan las mentiras justificadas, me preocupan las verdades injustificables
  • Uno no encuentra lo que busca, uno busca lo que no encuentra

Escribir con odio

¿Es posible escribir con odio? No sé. Creo que me va tocar hacer el intento.

Si estás en tu casa y de fondo suena esa canción que te llega a las extremidades y te dan ganas de golpear la primera cara que se atraviese; si te das cuenta que la dirección en la cual estabas apuntando era la incorrecta, incluso, después de haber gastado todos tus cartuchos, quemado toda la pólvora, roto todas las vestiduras; si el día es lindo pero te tenés que quedar en tu puta casa simplemente por esas inercias inexplicables de la vida, ahí te vas dando cuenta que estás llegando a ese estado interesante en el cual deseás tener al frente un saco de boxeo para fundirlo a puñetazos.

Luego llega ese alguien a tu casa, te mira y te pregunta “¿Qué te pasa?”. Te ajustás, tratando de no aparentar incomodidad. “No pasa nada”. Claro que no pasa nada, el odio no pasa, el odio se queda, para joderte la vida hasta la llegada de algún evento medianamente distractor, ahí es cuando se larga; eso o una siesta.

Ah!!, me doy cuenta que el odio no deja concentrar, suerte muerte hijueputa!

Juan Camilo Marín

¿Nuestra Ausencia?

Las palabras sólo hacen falta cuando ya no las escuchas.
Los besos sólo hacen falta cuando no te los dan.
El amor sólo hace falta cuando ya no lo sientes.
No me preguntes si he cambiado,
más bien pregúntate desde cuando no te hacen falta mis palabras, mis besos y mi amor.

Juan Camilo Marín

Hoy Aprendí

Que las palabras están sueltas y hay que usarlas pues no cuestan...
Que en una respuesta pueden haber más interrogantes que aclaraciones...
Que es mejor no callar y recibir una negativa que esperar 25 años para una decisión tardía...
Que soy un mar de incoherencias y no me importa que naden en mi...

Hoy más que nunca aprendí que el hoy es efímero, tanto como el mañana y que debo re-invertarme para no quedarme en el ayer...

Juan Camilo Marín

Respondeme!!

Y viéndote de frente,
te pregunto mil y un cosas
y tenue pero sin rosas
tu mirada seria miente,
e insisto locamente
pero no oigo ni una respuesta
luego digo con protesta:
“No seas perro, respondé!!”
pero con desilusión recordé
que un espejo no contesta

Juan Camilo Marín