17 de Octubre de 1999
06:45 a.m.
Utópico describir tu belleza. Mas utópico aún describir el amor que te profeso. Todos los días me despertaba y los primeros segundos de mi día eran consumidos en pensamientos encauzados sólo a ti. No es exagerado aquel que dice que uno vive y respira por alguien, yo lo hacía a diario. Mi razón de vivir eras tú.
Dame un segundo amor mío. Escucho tus murmullos.
07:50 a.m.
Acá estoy de nuevo.
Cuando te veía en la universidad en las mañanas sentía un mar de cosquillas que me nacían desde lo más profundo de mi corazón y recorrían todo mi cuerpo. Cuando escuchaba tu voz a lo lejos me quedaba en perplejo silencio. Tu sonrisa me daba alegría. Tu tristeza se convertía en mi tristeza.
Cuando terminé el segundo semestre, y una vez tuve la fortuna de haberte conocido, decidí cambiar de carrera. Lo mío ya no era el diseño, lo mío era lo mismo que te gustara a ti, así que decidí comenzar administración de empresas. Ya son cuatro semestres y aunque mi promedio acumulado no supera el 3.02 cada día me esforzaba a diario para poder seguir viéndote en todas las clases a las cuales asistíamos juntos.
Mi cielo, espérame un momento por favor. Siento que me estás llamando de nuevo.
10:50 a.m.
¿Te he dicho que me encanta cuando alzas tu voz y gritas? Lo que nunca pensé es que algún día lo hicieras conmigo.
Yo para ti sólo era uno más en medio de la multitud. Nunca tuve el valor suficiente para dirigirte una sola palabra y por tal motivo nunca pudimos dejar que nuestro amor floreciera. Bueno, eso fue así hasta el día que me robé tu corazón, y tus manos, y tu cuerpo. El día más feliz de mi vida fue el día que por fin fuiste mía. Ayer fue ese día.
Me dieron ganas de hacerte el amor por última vez.
12:15 p.m.
Gracias mi princesa. Cada vez que te entregas a mi soy el hombre más feliz del mundo. Cuando escucho tus gemidos y tus lágrimas de excitación aceitan mi pecho siento que estoy en el cielo. Supongo que si los ángeles existieran deberían ser como tú.
Amor mío. Espérame por favor que voy a alistar la soga. Después de todo, conseguir la pistola no fue tan fácil.
04:15 p.m.
Disculpa la demora. No pude evitar la tentación de ver de nuevo tu cuerpo desnudo tendido en nuestra morada. Definitivamente tú eres una obra maestra.
Como te estaba diciendo, la mejor opción fue la soga. Para la pistola me exigían un salvoconducto y yo no tengo el tiempo ni el dinero para adquirirlo.
Ya todo se acabó, haber probado de ti fue mi apocalipsis. El día de hoy me he dado cuenta que mi único objetivo en esta vida era conocerte, tenerte y disfrutarte. Mi sueño está cumplido, ya no quiero vivir más.
Jamás te olvidaré.
Última página tomada del diario titulado “Porque te amo con puta pasión”. Elemento encontrado en el caso Juanita Puerta.
La mujer de 29 años involucrada en la investigación fue reportada como desaparecida el 16 de Octubre del 99 y hallada muerta por inanición el día 24 de Diciembre del mismo año. El cuerpo se encontraba dentro de un cuarto, en un recinto a las afueras de la ciudad. Dentro de la habitación habían severos rastros que reflejaron la desesperación de la víctima previa a su muerte, especialmente arañazos en las paredes y la puerta. En medio de la sala, en la misma residencia, se encontró además el cuerpo colgado de un hombre desnudo identificado con el nombre de Juan Buendía Bautista, de 24 años de edad y cuyo suicidio se presume fue al día siguiente de la desaparición de Juanita Puerta. Junto a él había un lápiz, una silla acostada hacia un lado y este diario abierto en el suelo que se presenta como evidencia en el caso.
Juan Camilo Marín
Muy entretenido el relato, felicitaciones... agregaré al perfil psicológico de un asesino tener un promedio por debajo de 3.2 en administración de negocio
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