Lo siento amigo lector. El día de hoy no
vengo con un cuento que nos aleje de la realidad para poder relajarnos o
reflexionar. Hoy traigo a flote mi opinión sobre el proceso de paz en Colombia.
Sí, ya sé que es un tema político y los temas políticos son aburridos, pero
créame, hice mi mayor esfuerzo para ponerle un toque distino al asunto. Espero lo entienda o por lo menos le provoque ganas de mentarme la madre, a pesar de mi
conclusión final.
Hablemos de política y de crítica política/social.
En Colombia existen dos tipos de personas respecto a estos temas: los que
critican lo malo, lo corrupto, lo desigual, lo que no cuadra y los que critican
única y exclusivamente al ex presidente Álvaro Uribe y su legión de ex
asesores/ministros, y medidas.
El colombiano tipo 1 es fácil de reconocer.
Siguen destapando ollas sin importar el tinte político, siguen señalando sin
importar intereses propios o ajenos. Continúan pensando que habrá una Colombia
mejor en la medida que todos sepamos la verdad de las cosas. Los admiro y
envidio. Hay que tener mucha paciencia y convicción para tal causa.
El colombiano tipo 2 es todavía más fácil de
identificar. Ellos son los que twittean, postean, escriben, opinan y hasta sueñan
con cuanta noticia podrida del ya retirado presidente y toda su gente. Ellos son
los que de manera exclusiva – favor resaltar dicha palabra – siempre tienen un
artículo o video montado en su muro en Facebook criticando las atrocidades
cometidas en el anterior mandato. Para ellos no existen problemas o personajes
actuales a quienes criticar. Si lo hacen es porque esos problemas o personajes
son producto del gobierno de Uribe.
¿Y yo en cuál de estas dos categorías encajo?
Desde que comencé a tener uso de razón
siempre he detestado un solo tipo de personas: los incoherentes. Odio cuando
alguien promueve algo que no es, cuando critica y es el primero en hacerlo.
Detesto al gordo que vende productos para adelgazar o al jugador de fútbol que
promueve el colectivismo cuando no toca nunca la pelota. Me produce risa de
‘pero-que-idiota-es-este’ el que hace 5 años decía que nunca iría a Estados
Unidos pero que hoy está haciendo fila para ir a sacar una visa e irse a pasear
a Orlando o Miami.
Precisamente esta forma de pensar me llevó a mí
mismo a analizar mi opinión respecto a muchos temas políticos, pasados y de
actualidad. Después de mucho análisis y para no entrar en conflicto con lo que
aborrezco llegué a una sencilla conclusión: no pertenezco a ninguno de esos dos
tipos de colombianos, simplemente soy del tipo egoísta y desentendido que
mientras se beneficie del sistema vivirá contento.
Y entonces, una vez definida mi tipo de
estirpe política puedo preceder con calma a expresar mi punto de vista respecto
al proceso de paz en Colombia.
Pero antes devolvámonos un poco en el tiempo
para entender un poco más mi humilde opinión. Específicamente regresemos las
cosas hasta el mandato Uribe. ¿Y cuál es mi opinión? Estoy totalmente de
acuerdo con lo que se hizo. Señor lector, no me odie, ante todo tenga presente
mi posición política. Recuerde, soy un egoísta y desentendido. Y es que como
egoísta y desentendido el anterior mandato fue el perfecto para mí. La
seguridad aumentó (esa que nunca hemos tenido realmente y que sólo se puede
llegar a valorar cuando se vive en otro país, por supuesto, seguro). Producto
de ello, la inversión extranjera volvió al país. Esto conllevó a que se
mejorara en temas como infraestructura y movilidad, y que además otros países
creyeran un poco más en Colombia (sí amigo tipo 2, deje la incoherencia y
agradézcale algo a Uribe, que gracias a ese destello de “una Colombia más
segura” es que ahora usted está paseando en Estados Unidos porque, después de
haber intentando 14 veces que le dieran la visa al fin se la concedieron y
por 10 años). Insisto y concluyo, para mí fue perfecto: pude pasear por
Colombia, la economía se reactivó y la empresa en la que trabajaba vendió más,
lo cuál representó un trabajo seguro para mí, de igual forma pude comprar la
tan anhelada Fazer 600 cc, esa que luego me robaron cuando aquel ciudadano de
poco carácter y mucho delineador en los ojos sacrificó lo poco ganado en
seguridad por… bueno, hasta el día de hoy me estoy preguntando en qué está
ganando Colombia, o mejor dicho, qué está ganando de lo cual me pueda
beneficiar.
Lo siento amigo tipo 2, para mí no era
importante eso del Agro Ingreso Seguro, las chuzadas, los falsos positivos ni
nada por el estilo. Seamos sinceros, ese tipo de cosas siempre han existido,
sino que cuando uno descuida algo por enfocarse en una estrategia pues se
destapan las ollas. Igual, insisto, no me interesa.
Ahora sí regresemos al presente y miremos el
proceso de paz. Y es que leyendo acerca del proceso de paz, de las opiniones y las
opciones es que me di cuenta de la existencia de los dos tipos de colombianos.
Volvamos un poco a esa ya realizada definición.
Para el colombiano tipo 1, el proceso de paz
tiene muchas falencias, así como criticó las atrocidades que cometió Uribe
también está criticando activamente el olvido enorme que el gobierno nacional
está teniendo para con las víctimas de las FARC. Este colombiano es el que
recuerda a la señora con el collar bomba, al burro bomba – bueno, en fin a
todas las formas inhumanamente posibles de bomba – así como el sin número de
secuestrados, algunos de ellos encerrados en corrales de alambres de púas cual
si fueran animales con rabia y los desplazamientos forzados por la guerrilla,
entre otros (millones de actos barbáricos). Este colombiano, en especial, no es
tonto. Él sabe que le están metiendo el dedo en la boca a toda Colombia cuando
este señor barbado, con gafas y semblante de ‘yo-no-mato-una-mosca’ se ríe en
la Habana e insiste en seguir mientras sus tropas siguen secuestrando y matando
en Colombia.
Para el colombiano tipo 2, el proceso de paz
no existe. Eso es una realidad que no es digna de mencionar o criticar. Para
él, lo primero y principal, es seguir celebrando que Arias está en la cárcel o que
le abrieron otro proceso a Uribe, incluso, se atreve a comparar a Uribe con
Hitler (estoy seguro que ese tipo 2 nunca ha estado en un campo de
concentración nazi). Este colombiano critica las vallas de Francisco Santos por
el sólo hecho de que él es un partidario de Uribe, para él las únicas víctimas
son las de los falsos positivos, las de las FARC no cuentan.
Mi opinión sobre el proceso de paz es
distinta. Después de analizar todo como va y por supuesto, teniendo en cuenta
mi filosofía de no ser incoherente, debo decir que estoy de acuerdo con que se
firme, y para ayer es tarde! Momento amigo lector, no se ofusque, recuerde, soy
un egoísta y desentendido. Y es que como egoísta y desentendido lo mejor que me
puede pasar es que aprueben esa carajada ya mismo. Si la paz se firma, seguro
la seguridad se vuelve a mejorar, habrá más recursos para invertir en otras
cosas distintas de la guerra, por fin la salud y educación serán foco
importante en el país y entonces yo podré volver a mi querida Colombia a
trabajar sin ningún inconveniente. Lo siento, pero yo como buen egoísta y
desentendido no pienso en los familiares de la señora del collar o los
secuestrados, tampoco pienso en los millones de desplazados por la violencia o
en el hecho de que algún día no muy distante aquel señor barbado con cara de
‘yo-no-fui’ se lance de político y hasta lo elijan y luego en ese futuro no muy
distante quien se atreva a dispararle o hacerle daño será tachado como un
terrorista. No, ese tipo de ironías no son de mi incumbencia. Me desentiendo.
Pero bueno, como yo no soy quien firma tan
mencionado papel prefiero seguir con mis deberes. Me iré a dormir un poco,
porque por fin pude escribir algo que tenía metido en la cabeza y ya estoy
tranquilo. Los que me conocen de verdad sabrán sacar lo verdaderamente
importante de esta crítica. Los que no me conocen dirán que estoy loco (en cierta
medida es cierto). El colombiano tipo 1, como los que me conocen, tratará de
sacar lo que vale la pena en estas palabras. Por su parte, el colombiano tipo
2, no habrá terminado de leer el texto pues a mitad del camino identificó que
esto no era una crítica exclusiva – tener
de nuevo en cuenta esta palabra – al gobierno de Uribe.
Como conclusión final sólo debo decir que me
importa poco o nada sus críticas o aportes, pues como buen desentendido y
egoísta sólo importa lo que yo diga, nada más.
No puedo negar que es una posición un poco paradojica con la realidad que vive el país, sin embargo es una posición completamente logica y razonable, que incluso comparto. Como todo ser humano, con un intelecto promedio, uno siempre está buscando el bienestar propio y en el proceso de paz que se esta desarrollando en la habana las personas de este tipo, de las que buscan el bien propio, vemos que puede tener ciertas ventajas. Sin embargo, siendo un colombiano egoista, también puedo ver las grandes desventajas que se me podrían dar, las cuales se verían en problemas economicos para el país, así es... más problemas!!, y esto llevaría a más desempleo, así es... más desempleo!!. Yo no quiero un país en donde como ingeniero tenga que regalar mi trabajo por un millón de pesos mensual o un país en donde tenga que correr para llegar antes de las 7 de la noche a mi casa por que puedo ser atracado. Apoyo la filosofía de ser egoísta y desentendido pero hay que ser un egoísta activo y no pasivo, como los colombianos tipo 2. Para finalizar mi comentario... que buen escrito!! muy bueno para uno autocuestionarse.
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